“Porque donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.»(Mt 18,20) parece ser la frase que describe la pascua que durante el mes de abril se celebró en el colegio San Hermenegildo, en la cual Jesús, en su muerte y resurrección, se convirtió en el lugar de encuentro para personas quiénes, siendo de diferentes procedencias e historias de vida, hicieron de Cristo resucitado su puerto de llegada.
Durante tres días se fue formando, en torno al evento de la resurrección, una comunidad fraterna, que compartió sus esperanzas e incluso sus miedos, siempre con la certeza de un Jesús hermano que nos renueva de forma permanente. Esta comunidad pascual, compartió momentos de oración y de acción litúrgica con la celebración de triduo en compañía de aquellos que, atendiendo la invitación, se hicieron presentes en la capilla del colegio. Hubo momentos de charlas y orientaciones para cada día, pero también aquellos en los cuales, siguiendo la exhortación de SS Francisco, salimos como comunidad a “callejear la fe”.
Callejear la fe no como experiencia cultural, sino como posibilidad de encuentro con las muestras de devoción en los pasos tanto en Dos Hermanas como en Sevilla. Un callejear la fe en sentido pascual, es decir, con la intención permanente de encontrarnos con nuestro Salvador a la vuelta de cada esquina, en las sonrisas de los niños que asistían por primera vez a los pasos, y en los rostros cansados de costaleros y el caminar lento de los nazarenos que durante horas se comprometen más allá del deber.
Finalmente, tras la vigilia pascual y el compartir fraterno, nuestra comunidad pascual retorna cada uno a sus lugares de origen y a sus diversas actividades, pero siempre con la esperanza de volver al encuentro el año siguiente con una nueva comunidad pascual.