EXPLICACIÓN DEL CARTEL DEL LEMA DEL PRESENTE CURSO

La H es el símbolo central del cartel al igual que de la reflexión, es la que marca la diferencia entre aprender y aprehender.

El cartel es una invitación a mojarse, a empaparse, a ser protagonista de tu historia y de las que pasan a tu alrededor. Cuando la persona se moja, se sumerge las historias son vida, experiencia, encuentro. La vida nunca deja indiferente, por eso hemos puesto la palabra historia en movimiento.

La H nos simboliza a cada uno de nosotros, a cada historia que cuando impacta en el agua las ondas se expanden, las gotas salpican, todo se transforma.

“APREHENDIENDO HISTORIAS”

La presentación del lema toma como hilo conductor la última exhortación del papa Francisco “Christus vivit”, tras el Sínodo del año pasado dedicado a los jóvenes. Al proponer este lema queremos ayudar a nuestros jóvenes a descubrir sus raíces, pues sabemos que sólo así podrán afrontar los retos del futuro y construir su verdadera identidad. 

Las raíces no son anclas que nos atan a otras épocas y nos impiden encarnarnos en el mundo actual para hacer nacer algo nuevo. Son, por el contrario, un punto de arraigo que nos permite desarrollarnos y responder a los nuevos desafíos.

La cultura actual presenta un modelo de persona muy asociado a la imagen de lo joven. Se siente bello quien aparenta juventud, quien realiza tratamientos para hacer desaparecer las huellas del tiempo. Los cuerpos jóvenes son constantemente usados en la publicidad, para vender. El modelo de belleza es un modelo juvenil, pero estemos atentos, porque esto no es un elogio para los jóvenes. Sólo significa que los adultos quieren robar la juventud para ellos, no que respeten, amen y cuiden a los jóvenes.

Algunos jóvenes sienten las tradiciones familiares como oprimentes y huyen de ellas impulsados por una cultura globalizada que a veces los deja sin puntos de referencia.

FRENTE A LA DESHUMANIZACIÓN DEL JOVEN LA CREACIÓN DE HOGARES

Crear “hogar” en definitiva es crear familia; es aprender a sentirse unidos a los otros más allá de vínculos utilitarios o funcionales, unidos de tal manera que sintamos la vida un poco más humana. Es tejer lazos que se construyen con gestos sencillos, cotidianos y que todos podemos realizar. Un hogar, y lo sabemos todos muy bien, necesita de la colaboración de todos. Nadie puede ser indiferente o ajeno, ya que cada uno es piedra necesaria en su construcción.

FRENTE AL CULTO POR “LO JOVEN” PROPONER LA BELLEZA DEL AMOR Y LA FAMILIA

Queridos jóvenes, no acepten que usen su juventud para fomentar una vida superficial, que confunde la belleza con la apariencia.

Hay hermosura, más allá de la apariencia o de la estética de moda, en cada hombre y en cada mujer que viven con amor su vocación personal, en el servicio desinteresado por la comunidad, por la patria, en el trabajo generoso por la felicidad de la familia, comprometidos en el arduo trabajo anónimo y gratuito de restaurar la amistad social. Descubrir, mostrar y resaltar esta belleza, que se parece a la de Cristo en la cruz, es poner los cimientos de la verdadera solidaridad social y de la cultura del encuentro.

FRENTE A LA IDEOLOGIZACIÓN DE LOS JÓVENES EL ENCUENTRO INTERGENERACIONAL

Al mundo nunca le sirvió ni le servirá la ruptura entre generaciones. Son los cantos de sirena de un futuro sin raíces, sin arraigo. Es la mentira que te hace creer que sólo lo nuevo es bueno y bello. La existencia de las relaciones intergeneracionales implica que en las comunidades se posea una memoria colectiva, pues cada generación retoma las enseñanzas de sus antecesores, dejando así un legado a sus sucesores. Esto constituye marcos de referencia para cimentar sólidamente una sociedad nueva.

Aprender y aprehendersuenan casi iguales y tienen la misma etimología. Ambas palabras proceden del latín “aprehenderé”. 

Los aprendizajes pueden provenir de la propia experiencia o de la transmisión de información por parte de terceros (libros, internet, padres, amigos, maestros, etcétera).En cambio, aprehender se reservó, como latinismo, o sea preservando la “h” originaria para referirse al hecho de capturar a algo o a alguien.

En educación se usa aprehender en el sentido de “atrapar” el conocimiento de modo significativo, haciéndolo propio de modo duradero, y no solamente para lograr aprobar un examen o pasar de curso. La “h” es muda, pero es significativa, como el silencio de muchos de nuestros alumnos en algunas de nuestras aulas. 

Caminamos hacia una nueva escuela, entendida como una “organización que aprende”, donde pasan cosas, nos pasan cosas, experiencias de vida, aprendizaje cooperativo, aprendizaje-servicio, trabajo por proyectos, campañas, salidas culturales. Ojalá nuestros alumnos reconocieran que en nuestros colegios no sólo se enseñan cosas, también se viven otras historias diferentes al resto, se aprende de otra manera.

Para el educador amigoniano, es una invitación a conocer las historias que muchas veces han de vivir los jóvenes de nuestros centros, historias en ocasiones muy duras: de rupturas, de soledad, de marginación, de violencia. El lema nos propone el reto de poder vivirlas junto con ellos y superarlas, para que ni uno ni otro se queden encerrados en su propia historia.

El papa Francisco pedía a los jóvenes en la vigilia de oración de la JMJ 2013: “Queridos jóvenes, por favor ¡no balconeen en la vida! ¡Métanse en ella! ¡Jesús no se quedó en el balcón, se metió! ¡No balconeen la vida, métanse en ella como hizo Jesús!”. No veamos las vidas de otros como desde un balcón, aprehendamos a vivirlas también nosotros. Está claro que la vida de cada uno es la de cada uno, pero una mirada de acompañamiento nunca deja intactas las cosas, ya es camino de transformación y de crecimiento. 

Vivamos otras historias: historias de consuelo, historias de reconciliación, de acogida, de paz, de encuentro, de pasión, de esperanza. No quedarte solo con “tus historias”.  No decirle al otro nunca “no me cuentes historias”, pues siempre es posible una escucha activa y compasiva, aun cuando el otro pretenda justificar lo injustificable. 

Descubrir que tu historia forma parte de otras historias, de una gran historia de salvación, de una única historia, que hemos de aprehender a vivir y narrar juntos. 

CONCLUYENDO:

El papa Francisco dice: “la vida que Jesús nos regala es una historia de amor, una historia de vida que quiere mezclarse con la nuestra y echar raíces en la tierra de cada uno (…) la salvación que Dios nos regala es una invitación a formar parte de una historia de amor que se entreteje con nuestras historias; que vive y quiere nacer entre nosotros para que demos fruto allí donde estemos, como estemos y con quien estemos. Que es allí, (en nuestra historia), donde viene el Señor a plantar y a plantarse”.