En nuestro colegio en estos días tan extraños, la Pastoral tampoco para. No paramos porque también queremos acompañaros invitándoos a alzar la mirada, a ver más allá de todo esto y descubrir que en este tiempo, como venimos haciendo durante el curso, también se puede “Aprehender historias”.

Sin duda, estos días en que debemos quedarnos en casa y en que nuestro centro permanece cerrado, la mezcla de sentimientos será vertiginosa: incertidumbre por cuanto durará, agobio para organizarnos y hacer posible que esta permanencia en casa sea lo más “normal” posible, incluso, nos podemos ver desbordados porque tenemos que compaginar (algunos) trabajo en casa con las tareas domésticas y el acompañamiento de nuestros hijos e hijas con sus estudios que, ahora, hacen a distancia y, por tanto, vierten sobre nosotros las mil y una dudas que, normalmente, serían resueltas por las seños y profes. 

En definitiva, tenemos todos los ingredientes para “sobrevivir”, en lugar de VIVIR estos días. Sin embargo, descubramos estas dificultades como una oportunidad para volver a lo esencial, a lo que nos hace familia, a la alegría de estar juntos, de compartir el tiempo que habitualmente no tenemos, de, por qué no, también orar y tener presente a Dios que nunca nos abandona. Ojalá esta cuarentena nos abra los ojos para ver el rostro hermoso de los que nos rodean, nos abra las manos para ayudarnos en las tareas de cada día, nos abra el corazón para perdonarnos las pequeñas ofensas que surjan y para agradecernos cada gesto sencillo de amor entre nosotros. Ojalá “abracemos” nuestras historias y descubramos, como venimos viviendo en Cuaresma en el colegio, que también en casa, “es tiempo de cambiar”. ¡Y quién sabe si en este tiempo no descubriremos que el delfín, aunque viva en el mar como los peces, es un animal vivíparo!