“Una prueba de lo acertado de la intervención educativa, es la felicidad del niño”.

La célebre María Montessori basó su modelo educativo en tres pilares: el ambiente, el amor, y la relación del niño con el ambiente. A través de la experimentación y el descubrimiento, con un aprendizaje activo y al aire libre en su mayoría, los más pequeños de nuestro centro siguen adquiriendo habilidades para la autonomía, habilidades sociales, y mejorando las capacidades sensoriales. Han sido unos días de diversión pintando con yogur, haciendo trasvases de sólidos y líquidos, asociando objetos reales con sus imágenes, clasificando, jugando con arena, instrumentos y pompas de jabón.